“Un clásico al mes”
Clásicos, ¿Cómo no
leerlos?, no soy una mujer que tenga en su haber muchos de ellos
desafortunadamente, en literatura ni en otros géneros como la música, el cine, etc.
Suelo enfrentarme al síndrome del “sapo de otro pozo” cuando inevitablemente
quedo fuera en alguna de las conversaciones que tengo con amigos donde hablan
con tanto entusiasmo de alguna obra visual, musical o literaria que es la que
más me interesa contar.
Al menos una vez al
mes trataré de leer un clásico de mi biblioteca, luego de devorarlos adquiriré
otros títulos. Cuanto más vieja sea la edición mejor, y en esto tengo
sentimientos encontrados, porque si bien amo el olor a letras recién impresas,
a libros relucientes envueltos en ese plástico tipo film de cocina, siento una
profunda debilidad hacia las páginas amarillas maltratas por la humedad,
infladas, deformes.
Hoy soy Moby Dick.
Dije anteriormente en la reseña del primer libro que no estaba de acuerdo con
el formato ficha técnica, pero en este caso debo hacerlo, al tratarse de clásicos
es bueno saber algo, el año de publicación y algún otro dato que aporte al
contexto por lo menos.
Fue editada originalmente
en octubre del año 1851, es
decir, poco más de un siglo y medio. Hay un par de películas y referencias de
todo tipo a la historia hasta en dibujos animados. Recientemente se estrenó “In
the Heart of the Sea” interpretada por el musculoso “Thor”, no es santo de mi
devoción pero convengamos que se merece una oportunidad aunque sea pequeña.
El ejemplar que tengo en mi poder me hipnotizó
sin hacer demasiado, ahí nomás acostadito al lado de muchos objetos random
sobre un sucio lienzo de feria con un color pasado de moda, hace varios años,
por lo menos catorce. Ya por ese entonces tenía la portada descolorida
seguramente el sol ferial había hecho su trabajo, roer con rayos uv cualquier
color que se interponga. Pagué un precio irrisorio por la copia, alrededor de
cinco pesos argentinos (tengo muy mala memoria, quisiera poder darles más
detalles, aviso para próximas entradas. “El que avisa no traiciona”).
Considero que pagar un libro muy barato es
un insulto e imponer un precio muy desorbitado es una burla despiadada para el
lector que ansía tenerlo, no tiene más remedio que ojearlo unos minutos en un
paseo por su librería favorita, terminar por despedirse de el con la nariz a punto
de chocar contra el cristal de la tienda, cruel barrera transparente llamada
vidriera, separa nuestras manos de ese libro que queremos mantener a salvo en
la mesita de luz todos las noches.
Esta historia tiene un protagonista
lógicamente. Ismael, que además es la voz del narrador, un tipo joven que
cuenta con experiencia en la marina mercante y decide que necesita vivir otro
tipo de experiencias. Un barco ballenero es ideal. Para esto debe buscarlo, hay
una ciudad que reúne unos cuantos, la isla de Nantucket en Massachusetts. Donde
se encuentra alojado conoce a Queequeg
un arponero polinesio. Juntos terminan trabajando en el Pequod, un
ballenero cosmopolita.
Novela de aventuras muy dinámica, mi copia del
año 1965 cuenta con ilustraciones hermosas que acompañan el inicio, el durante
y el final de cada capítulo.
Puede sonar trillado, pero me sentía una
niña dando vuelta cada página sabiendo que iba a encontrar un hermoso dibujo de Paul Durand.
Queda inaugurada la sección “Un clásico al
mes” con un dejo a infancia...
Hola. Es una gran idea lo de volver la mirada hacia los clásicos. A veces, estamos inundados de autores nuevos y nos perdemos obras antiguas que pueden darnos grandes chorros de satisfacción. Por ejemplo, si no lo has hecho todavía, prueba "Los hermanos Karamazov" de Dostoievski. A mí me fascinó.
ResponderBorrar"Moby Dick" lo tengo en mi estantería, esperando, en una edición de "Penguin books" que compré en Londres hace ya unos añitos, pero otros libros se me habían cruzado en el camino y el pobre sigue esperando. Tengo que solucionar eso rápidamente.
Saludos
Hola Sorokin! Concuerdo totalmente el bombardeo marketinero nos hace estar pendientes de lo nuevo.Me encuentro esperando libros de Murakami que leyendo grandes obras clásicas.Tendré en cuenta la recomendación. Gracias por comentar. saludos!
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